GARABTITOS NUESTROS.
Voy a compartir con ustedes una historia fantaseada que por momentos me pone los pelos de punta.
Érase una vez, en un cómodo escritorio, una mujer que trabajaba.
Acompañada por unos chocolates, solía dedicar sus tardes de sábado a ilusionarse…procuraba ganarle al tiempo adelantando su trabajo semanal para ganarle unos minutitos de ocio que nunca llegarían.
Ocurrió lo que ocurre en todos los cuentos, se plantó una bisagra que inauguró una moraleja…ese momento extraordinario en que comienzan a hilvanarse las metáforas (y es que los cuentos no son amantes de las normalidades).
A esta mujer, normal, mundana, insulsa, translúcida y velada…le ocurrió lo espeluznante de verse abrumada por la presencia espectral de sus ideas.
Temblando y con las pulsaciones aceleradas…inesperadamente se vio empujada a desacomodarse en su silla y, sobre el escritorio, un lápiz muy gordo súbitamente comenzó a garabatear sobre unas hojas vírgenes…
Con fragmentada conciencia se dio cuenta de que era mejor expulsar todo aquello que le anudaba la garganta, todo aquello que le comprimía el centro del cuerpo al punto de casi partirla en dos. Se dio cuenta de que era mejor dar entidad a aquello que por no tener formato, todo lo invadía.
Así es como en dos milésimas de segundo de cordura, dio la forma de las palabras a esos seres que viven “en” y “de” nosotros, “en” y “de” todos nosotros… (No quiero alarmarlos pero si hurgan un poquito dentro de cada uno de Uds.…van a encontrar un multiorganismo que nunca supieron que estaba ahí y que como un Gran Hermano invertido, lo está monitoreando todo; aunque a veces se haga el estúpido, el inoperante, el inimputable, etc.)
Ahora bien, dar vida, entidad a algo…es una cuestión extremadamente compleja que requiere de la secuencia de unos pasos. Y claro….cuando todos los futuros alumbrados quieren salir al mismo tiempo, la parición se torna confusa e inaudible.
A la cuenta de 1, 2 y 3 y con un empuje intelectual que dejaría mareado a cualquiera, la mujer empezó a descolgar de las ramas de sus neuronas unas criaturitas a las que momentáneamente no podía clasificar porque la verdad no las conocía bastante…tuvo deja vues con algunas pero eso no era suficiente para determinar si una era mejor o peor que otra. Así es que sin patrón alguno, solo comenzó a bajarlas despacito con la gentileza que necesita todo ser que aún no ha visto la luz del astro que da la vida y bueno…quizás también para que en el caso de que fuera necesario volver a alguna a su lugar, contar con las posibilidades que da el tiempo para explicarle cortésmente que aún no era su momento ( porque explicar requiere de tiempo, y a la inversa, lo que no requiere de explicaciones, se come al tiempo, Uds. saben cómo se come al tiempo).
En esta primera camada, la mujer notó que algunas eran más bonitas que otras, que algunas eran más elegantes, otras más rústicas, otras histéricas y confusas, otras muy contundentes; que había entre ellas algunas luminosas y otras muy apagadas, que algunas eran extremadamente coloridas y otras con ausencia absoluta de color, que algunas le resultaban muy familiares y finalmente que había otras de las que no tenia idea de cómo llegaron allí.
Quiso comenzar por una que le pareciera sencilla, por una que no le presentara demasiadas complicaciones y pudiera salir sin dolor alguno. Quiso pero no pudo. Al alcance de su ceguera solo estaban aquellas que se agarraban fuertemente a un tronco que decía “Dimensión sentimental” al que arrastraban con frenesí; y por supuesto eran las más obstinadas y las que mayor presión ejercían para atravesar el canal. No le quedó más remedio que expulsar de entre las que todo lo arrancaban, una palabra hermosa de la cintura para abajo pero con un torso nefasto, con una fisonomía que negaba su propuesta, se llamaba ( se llama) “DESILUCIÓN”; desilusión en realidad estaba muy triste, lo que cercenaba sin dudas, su fuerza para pujar. Pero claro siempre al lado de la vulnerabilidad encarnada hay alguien…y esta situación no era la excepción, al lado de Desilusión estaba un “dicese amigo suyo” que constantemente la empujaba. Era “RENCOR”. Rencor tenía muchos propósitos a cumplir con ella, pero ninguno parecía muy noble; y en realidad…Desilusión solo quería recuperar lo que había perdido.
A ella no sin un profundo dolor, le siguió “ESPERANZA” que demandó salir porque sabía que cuando Desilusión hiciera su catarsis la iba a necesitar para conocer nuevamente todo, que de esa catarsis saldría ciega y que no le vendrían mal unos anteojos benévolos para percibir el mundo.
Entre la multitud saltaba “EXPERIENCIA” gritando que la dejaran pasar, que no era apropiado que la separaran de sus hermanas, que no era conveniente que se rompiera el ciclo y que nadie era nada para truncar un proceso necesario. Y así nació Experiencia, rozagante, con una vitalidad extraordinaria y la promesa bajo el brazo de que crecería toda la vida.
En un momento de descanso, la mujer se volvió sobre su obra y contempló lo que había hecho, lo que aún seguiría haciendo (tratando sobre todo de determinar el índice de peligrosidad de sus actos). Por ahora nada parecía nada peligroso, solo amenazaba la plenitud de la conciencia, porque en el caso de que algo saliera mal, no podría aludir emoción violenta y entonces sí tendría que hacerse cargo de lo alumbrado. Ya todo estaba siendo controlado…
Continuando con el milagro, se encontró con “INOCENCIA” que venía saltando alegremente con su tutú rosa. Inocencia era conocida porque de vez en cuando se quejaba de que le vieran la cara, y no precisamente de hermosura… (Honestamente tenía el rostro más bonito que pudiera existir, el de la niñez). Pero Inocencia no salió de un solo tirón, y es que “SABIDURÍA”, quien en realidad, y a pesar de su modificador directo, no tenía aparente género; le tironeaba la falda pidiéndole que no le abandone, que no podía vivir sin ella, que su amor no tenía fin y que necesitaba de su frescura para sentir eternamente el hábito de la primera vez.
En pleno alumbramiento, un batallón de signos decidió hacer una manifestación de profunda indignación. Reclamaban el reconocimiento que les había sido negado, alegaban falta de agradecimiento, porque si bien reconocían que ellos en sí mismos no tenían nada para decir, ayudaban notoriamente a la expresividad y que a veces sin ellos las palabras solas no tenían eco. Así exigieron les fuera registrado su derecho a salir y acompañar a aquellas con quienes daban sentido a su vida. Salieron a empujones, confundiéndose entre sí, haciendo pausas cortas y prolongadas, aclaraciones y exclamaciones.
De pronto, la mujer encontró una palabra arrinconada por una tribu de miedos, era “COBARDIA”, que se debatía entre pegar un salto por encima de sus atacantes o aprovechar alguno de los huecos que dejaban entre sí. La mujer quería ayudarle pero decidió que era mejor que se superara a sí misma. No obstante, alguien acudió en su ayuda. “VALENTÍA” extendió su mano y para justificarse adujo ser su hija legítima y, que si no hubiera sido por aquella primera vez en que Cobardía superó a sus eternos enemigos con ayuda de “DON CORAJE”, ella hoy no existiría. En ese instante Valentía empujó a Cobardía hacia la luz, prometiendo nunca abandonarla, y es que en realidad la hija solo tenía razón de ser junto a su madre.
Cuando la mujer ya comenzaba a engolosinarse con sus garabatos, esculpiendo sus pensamientos…algo compacto golpeó su cabeza y la hizo resonar y en cada repetición de cada eco se aturdía más… Pero en cada sucesivo aturdimiento, no había confusión, sino sorpresa, la sorpresa de quien se reconoce a sí mismo, de quien se desvirga en el encuentro consigo.
No obstante, el “lapsus” de recogimiento duró poco, “CURIOSIDAD” estaba muy ansiosa por saber quien sería la siguiente en salir, así es que hizo un gran esfuerzo para captar la atención de la mujer haciéndole una serie de preguntas a las que todavía no podía encontrar respuesta. Sintiéndose poco capacitada ante semejante interrogatorio, decidió dar curso nuevamente al éxodo de palabras.
Vestido como piloto, “IDEAL”, con el índice apuntando hacia abajo, arremetió porque según sus propias expresiones…”ya no aguantaba más tanta mediocridad, tanta bajeza, y que semejante clima de oscurantismo no le brindaba las condiciones necesarias para realizarse” y proponía que quizás, tal vez, sería bueno que lo dejaran volar y buscar nuevos horizontes en los que pudiera encontrar a alguien que lo apreciara. Ante el discurso del piloto la mujer lo pensó mucho y después de largas cavilaciones, le dijo que no….que la disculpara pero que aún no era el momento para renunciar a él. No lo dejo salir y a partir de entonces la sensación que le provocó haberlo esclavizado fue de incertidumbre…y esta la acompañó siempre…
De entre la horda, surgía “EGOISMO” con un atuendo brillante pero harapiento, con un espejo en la mano que no quitaba de en frente de su rostro, por lo que toda vez que hablaba parecía hablarse a sí mismo. Su figura encandilaba, la mujer no podía dejar de notarlo y pensó que dificultaba la convivencia…por lo que…lo invitó a salir.
Algo emboscado ocurría en ese paisaje abigarrado, existía la conmoción que sucede a la pérdida de algo cercano, personal…esa agitación por la que persiste la espera y la creencia en la posibilidad del reencuentro Todas iban saliendo pero al mismo tiempo todas iban quedando. Salían los significantes pero los significados cobraban nueva vida y empezaban a ocupar el espacio de la memoria del cuerpo y del espíritu.
Algo extraordinario pudo rescatar de este acontecimiento. Había encontrado algo, alguien. Volverse sobre sí no había sido tan grave, quedarse extasiada, sin palabras no implicaba exilio de sentimientos y pensó que seguramente si existiese una segunda vez… (Y dejó de pensar en eso…porque indudablemente después de eso nada seria lo mismo).
Así es como De decir, decir, decir…de DECIR se enamoró. Quien conozca a DECIR se habrá dado cuenta que es irresistible…
MJ.
3 comentarios:
No creo q haga falta preguntar quuien es esa mujer. O al menos no dejé de imaginarte entre todos esos garabatos, exigiéndoles orden. Pero lo q más me llegó fue como manejaste lo implícito para describir el momento de ese reencuentro... aunque para otra vuelta me gustaría saber que pasó con el "nuevo" reencuentro, del que habrá otro antes y después.
Indirectamente aprehendí en cierta manera ese orden que deberían tener mis garabatos para que pueda, de una vez por todas, encontrar más coherencia entre lo que pienso, siento, digo y hago... sobre todo porque decir SI es muy tentador!!
Buen texto Majo,buen manejo del tiempo,del espacio,de la imaginaciòn,de la realidad con que nos encontramos al examinarnos y ver las palabras que nos habitan y que nos hacen ser.Por cierto,a la colega Anya le agradezco su claridad y la invito a visitar mi blog.
P/D:Majo,quien quiera que sea esa mujer,representa a todas aquellas personas que se miran a sì mismas y no se asustan de lo que puedan encontrar,aunque eso duela mucho.Besos.Mauric10.
QUÉ ME DELATÓ? LOS CHOCOLATES?...
SI ANI, DECIR ES MUY TENTADOR, Y ENTRE TODAS LAS TENTACIONES DE ESTE MUNDO...LA MAS RESISTIDA. AGRADEZCO TU PERCEPCIÓN, MUEJRES EN COMUNIÓN SE LLAMA ESTO...JAJAJA!UN BESO.
MAURI., COMO SIEMPRE TIENES LA APERTURA QUE SE NECESITA PARA CAPTAR LO ESENCIAL DENTRO DE LAS FICCONES. ANTE EL ASOMBRO DE MUCHOS POR LO QUE PUBLIQUÉ PREVIAMENTE, QUISE PUBLICAR ALGO MAS VIEJITO, UN POQUITO MAS NAIF,ESPERO QUE ESTO TBN HAYA GOZADO DE CIERTO EFECTISMO...DE TODAS MANERAS, ESTO NO ES ALGO AJENO A MÍ, TBN SOY YO. MUCHAS GRACIAS POR TUS GANAS DE LEER. UN BESO.
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